EL ABUELO INVULNERABLE
Se nos ha ido el atleta más veterano de todo Jerez, Cádiz y posiblemente Andalucía, Paco Castillo, a los 86 años. El abuelo invulnerable ganaba la vida cada amanecer alterno en el que recorría sus habituales ocho kilómetros cada mañana.
Será muy complicado explicarse ahora una carrera en la zona sin su presencia. Castillo es una metáfora de que no importa llegar primero, sino saber llegar, y presumía siempre de haber finalizado todas las carreras que comenzó. Sumó más de 600 «metas» durante 30 años como corredor, y eso que comenzó tarde.
Después de iniciarse en maratones, prefirió distancias medias, donde su paso era respetado, donde los aplausos recibidos nunca fueron de cara a la galería, donde siempre fue querido y respetado en cada metro que recorría. Paco Castillo, como bien defiende su sobrino y presidente de la Federación Gaditana de Atletismo, Juan Fernández, es un ejemplo de pundonor y de que el deporte no entiende de edad.
Si en una carrera popular estabas mal, tenías 'el muro' (no sólo lo padecen los maratonianos) o pinchabas simplemente en un tramo del recorrido, sólo con mirar la responsabilidad, la cadencia firme y la entrega de Francisco Castillo había motivos para continuar luchando.
Un ejemplo (también en el plano sindical) en toda regla que nunca hizo quiso adoctrinar, ni presumir de veteranía para ser mejor que nadie. Su figura es la dignificación del corredor anónimo, del corredor popular, del deporte en su esencia primaria.
Su recuerdo en sí mismo es una gran lección para los que olvidan que todo en este circo es una carrera de fondo, y que lo más importante no es ganar medallas, sino saber llegar, que no hace falta ser el primero ni el único para obtener la más valiosa presea: la dignidad reconocida.
Paco Molero