Una Liga ACB de dos, como en el Fútbol.
¿Fue una noche para románticos? Quizás sí ¿Una lección para los dirigentes del baloncesto de este país? Probablemente también. Anoche, en twitter, un grupo de periodistas, jugadores, entrenadores y aficionados estuvimos debatiendo sobre la ACB.
Poniendo encima de la mesa las miserias de una competición en la que este año no va a haber descensos, porque los dos equipos que se han ganado en la pista un lugar entre los grandes (Burgos y Alicante) no tienen potencial económico para pertenecer a la máxima competición nacional. Y aportando ideas para mejorar una liga que se encamina peligrosamente a un duopolio difícil de soportar para el aficionado medio.
La Liga de dos. Como en el fútbol.
Un grupo de personas hicimos lo que se supone que deberían hacer cada verano los representantes de la ACB, la FEB y la ABP de José Luis Llorente, el rey del golf. El baloncesto español no es ajeno a la crisis, pero las instituciones ligadas al baloncesto sí parecen vivir en otro planeta. Cada uno a lo suyo.
El baloncesto, tristemente, es lo de menos. Y si en tiempo de bonanzas las gracias de José Luis Sáez podían hacer sonreír a más de uno, ahora que vienen malas y que la situación es dramática en muchos casos, el esperpento es insufrible. Sáez saca pecho de sus selecciones, cuyos jugadores se han formado naturalmente en clubes ACB.
Como si él fuera la piedra angular de cada medalla, de cada alegría, de cara gira hortera de nuestros seleccionados. Tremendo. Y mientras en la ACB se trabaja con profesionalidad, pero desdeñando el capítulo de las relaciones públicas hasta límites insospechados. El chalet de la calle Iradier es más un bunker que una sede. Pasa el tiempo y Eduardo Portela sigue siendo el más activo de sus dirigentes, a sus 79 años. No hay renovación de caras, ni mucho menos de ideas.
De la Asociación de Jugadores, mejor ni hablar. Viven en otra galaxia. Y pretenden ir contra la legalidad. En un mundo cada vez más global, Llorente y sus amigos siguen pensando que un alemán tiene menos derecho que uno de Cuenca. Ver para creer.
Es difícil sacar conclusiones a todo lo expuesto anoche en twitter, que por otra parte, tampoco es el marco más idóneo para celebrar un “congreso”. De la tormenta de ideas que en la red social se expusieron, he seleccionado las diez que me han parecido más interesantes:
1) Es fundamental que la ACB controle el producto televisivo. No vender los derechos suplicando a una televisión que traten bien el producto sino darle la vuelta a la tortilla creando un canal de televisión de baloncesto (tratando de agrupar en él todas las competiciones: Euroliga, LEB, baloncesto femenino, NBA). Si la creación del canal no fuera posible, alquilar el espacio a una televisión y creando una productora ACB que cuide el producto.
2) El MIEDO está presente en todos los ámbitos. En las retransmisiones, se busca a un narrador y un comentarista políticamente correctos. Se necesitan profesionales libres, que rompan moldes. Y los clubes se tienen que comprometer a respetar esa libertad de tono.
3) MIEDO en entrenadores y directores deportivos. Miedo al fracaso, a bajar de categoría, a no meterse en competiciones europeas. ¿Qué responsabilidad tienen los técnicos? Hay un mundo entre los que dejan jugar y los que ordenan jugar, los que destruyen son mayoría ante los que construyen. Quizás una liga cerrada mitigaría esos miedos y la confección de las plantillas buscaría más el agradar al aficionado.
4) Primar el espectáculo. Incentivar el baloncesto ofensivo para que más aficionados se vean atraídos por el baloncesto ACB. Muchos jóvenes prefieren ver la NBA porque lo ofensivo siempre prima sobre lo defensivo.
5) Las reglas de juego (aunque son ámbito FIBA) deben ser cambiadas para beneficiar el ritmo de los partidos. Agrandar la cancha, penalizar los tres segundos defensivos en zona y acabar con las faltas tácticas son algunas de las reformas más evidentes. También el sistema de competición admite mejoras, sobre todo para dar más importancia a la Liga Regular.
6) Igualdad de la competición. Es fundamental impedir que Barça y Real Madrid acaben repartiéndose todos los títulos en juego los próximos diez años. Se necesita una clase media-alta fuerte, capaz de dar sorpresas regularmente. Joventut, Estudiantes, Baskonia, Manresa, Valencia y Unicaja han ganado títulos no hace tantos años. Para eso hay propuestas tan interesantes como la del entrenador del Herbalife Gran Canaria, Pedro Martínez, que aboga por que los equipos tengan plantillas de 8 jugadores, siendo el resto sub20 formados por el club. No restricción por nacimiento. Fuerte compensación económica al que forma.
7) Otra interesante propuesta sería la creación de una Liga de Filiales, a cuya celebración se celebraría un draft mediante el cual el último equipo clasificado en la Liga ACB tendría la opción de elegir para su plantilla al jugador de la liga de filiales que considere oportuno. El espejo de la NBA, siempre presente.
8) Historias. Personajes. Hay que contar historias. Las hay, pero en muchas ocasiones están escondidas y solo salen a la luz localmente. Es necesaria una mayor accesibilidad a los protagonistas para que los jugadores y técnicos puedan conectar con el gran público, que muchas veces se encuentra huérfano ante tantos cambios de jugadores. La IDENTIFICACIÓN es clave.
9) Abrir la mente a otros posibles aficionados. ¿se debe practicar y comentar en televisión un baloncesto solo para entendidos o sería mejor divertir al aficionado al deporte en general? La complejidad de algunas reglas/jugadas y la terminología tan específica del baloncesto no ayudan a captar nuevos adeptos. Ampliar el target.
10) Es mucho más importante ganar aficionados que ganar espectadores. La cultura del resultado llega también a las audiencias, donde todo se resume en el share obtenido con cada partido y en su comparación con otros deportes como la F1, Moto GP, fútbol, etc..
El decálogo está ahí, aunque esta mañana, al despertarme, he pensado que hemos obviado una gran pregunta en el debate, auspiciado por el “Capitaenciam” desde su blog “El Contraataque”.Quizás habría que preguntarle a la gente que habitualmente no ve partidos ACB por qué no lo hacen. Muchas veces desde fuera, las cosas se ven mucho mejor.
Poniendo encima de la mesa las miserias de una competición en la que este año no va a haber descensos, porque los dos equipos que se han ganado en la pista un lugar entre los grandes (Burgos y Alicante) no tienen potencial económico para pertenecer a la máxima competición nacional. Y aportando ideas para mejorar una liga que se encamina peligrosamente a un duopolio difícil de soportar para el aficionado medio. La Liga de dos. Como en el fútbol.
Un grupo de personas hicimos lo que se supone que deberían hacer cada verano los representantes de la ACB, la FEB y la ABP de José Luis Llorente, el rey del golf. El baloncesto español no es ajeno a la crisis, pero las instituciones ligadas al baloncesto sí parecen vivir en otro planeta. Cada uno a lo suyo.
El baloncesto, tristemente, es lo de menos. Y si en tiempo de bonanzas las gracias de José Luis Sáez podían hacer sonreír a más de uno, ahora que vienen malas y que la situación es dramática en muchos casos, el esperpento es insufrible. Sáez saca pecho de sus selecciones, cuyos jugadores se han formado naturalmente en clubes ACB.
Como si él fuera la piedra angular de cada medalla, de cada alegría, de cara gira hortera de nuestros seleccionados. Tremendo. Y mientras en la ACB se trabaja con profesionalidad, pero desdeñando el capítulo de las relaciones públicas hasta límites insospechados. El chalet de la calle Iradier es más un bunker que una sede. Pasa el tiempo y Eduardo Portela sigue siendo el más activo de sus dirigentes, a sus 79 años. No hay renovación de caras, ni mucho menos de ideas.
De la Asociación de Jugadores, mejor ni hablar. Viven en otra galaxia. Y pretenden ir contra la legalidad. En un mundo cada vez más global, Llorente y sus amigos siguen pensando que un alemán tiene menos derecho que uno de Cuenca. Ver para creer.
Es difícil sacar conclusiones a todo lo expuesto anoche en twitter, que por otra parte, tampoco es el marco más idóneo para celebrar un “congreso”. De la tormenta de ideas que en la red social se expusieron, he seleccionado las diez que me han parecido más interesantes:
1) Es fundamental que la ACB controle el producto televisivo. No vender los derechos suplicando a una televisión que traten bien el producto sino darle la vuelta a la tortilla creando un canal de televisión de baloncesto (tratando de agrupar en él todas las competiciones: Euroliga, LEB, baloncesto femenino, NBA). Si la creación del canal no fuera posible, alquilar el espacio a una televisión y creando una productora ACB que cuide el producto.
2) El MIEDO está presente en todos los ámbitos. En las retransmisiones, se busca a un narrador y un comentarista políticamente correctos. Se necesitan profesionales libres, que rompan moldes. Y los clubes se tienen que comprometer a respetar esa libertad de tono.
3) MIEDO en entrenadores y directores deportivos. Miedo al fracaso, a bajar de categoría, a no meterse en competiciones europeas. ¿Qué responsabilidad tienen los técnicos? Hay un mundo entre los que dejan jugar y los que ordenan jugar, los que destruyen son mayoría ante los que construyen. Quizás una liga cerrada mitigaría esos miedos y la confección de las plantillas buscaría más el agradar al aficionado.
4) Primar el espectáculo. Incentivar el baloncesto ofensivo para que más aficionados se vean atraídos por el baloncesto ACB. Muchos jóvenes prefieren ver la NBA porque lo ofensivo siempre prima sobre lo defensivo.
5) Las reglas de juego (aunque son ámbito FIBA) deben ser cambiadas para beneficiar el ritmo de los partidos. Agrandar la cancha, penalizar los tres segundos defensivos en zona y acabar con las faltas tácticas son algunas de las reformas más evidentes. También el sistema de competición admite mejoras, sobre todo para dar más importancia a la Liga Regular.
6) Igualdad de la competición. Es fundamental impedir que Barça y Real Madrid acaben repartiéndose todos los títulos en juego los próximos diez años. Se necesita una clase media-alta fuerte, capaz de dar sorpresas regularmente. Joventut, Estudiantes, Baskonia, Manresa, Valencia y Unicaja han ganado títulos no hace tantos años. Para eso hay propuestas tan interesantes como la del entrenador del Herbalife Gran Canaria, Pedro Martínez, que aboga por que los equipos tengan plantillas de 8 jugadores, siendo el resto sub20 formados por el club. No restricción por nacimiento. Fuerte compensación económica al que forma.
7) Otra interesante propuesta sería la creación de una Liga de Filiales, a cuya celebración se celebraría un draft mediante el cual el último equipo clasificado en la Liga ACB tendría la opción de elegir para su plantilla al jugador de la liga de filiales que considere oportuno. El espejo de la NBA, siempre presente.
8) Historias. Personajes. Hay que contar historias. Las hay, pero en muchas ocasiones están escondidas y solo salen a la luz localmente. Es necesaria una mayor accesibilidad a los protagonistas para que los jugadores y técnicos puedan conectar con el gran público, que muchas veces se encuentra huérfano ante tantos cambios de jugadores. La IDENTIFICACIÓN es clave.
9) Abrir la mente a otros posibles aficionados. ¿se debe practicar y comentar en televisión un baloncesto solo para entendidos o sería mejor divertir al aficionado al deporte en general? La complejidad de algunas reglas/jugadas y la terminología tan específica del baloncesto no ayudan a captar nuevos adeptos. Ampliar el target.
10) Es mucho más importante ganar aficionados que ganar espectadores. La cultura del resultado llega también a las audiencias, donde todo se resume en el share obtenido con cada partido y en su comparación con otros deportes como la F1, Moto GP, fútbol, etc..
El decálogo está ahí, aunque esta mañana, al despertarme, he pensado que hemos obviado una gran pregunta en el debate, auspiciado por el “Capitaenciam” desde su blog “El Contraataque”.Quizás habría que preguntarle a la gente que habitualmente no ve partidos ACB por qué no lo hacen. Muchas veces desde fuera, las cosas se ven mucho mejor.