Maverick Viñales (Moto3) rompe con todo.
Y, además, ha puesto en jaque su propio futuro. Su decisión de romper de manera unilateral el acuerdo que tenía con su actual equipo (Avintia) al no subirse a la moto en los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Malasia y coger un avión de vuelta a casa el mismo viernes, lo que supone un incumplimiento del contrato, no solo le hace perderse las últimas tres carreras del año, como consecuencia directa, sino que podría cerrarle muchas puertas en los próximos meses e incluso años.
Viñales, de 17 años y uno de los pilotos más talentosos del Mundial, argumenta que su equipo, el Avintia BQR, no ha dado la talla desde el punto de vista técnico: “El Mundial lo hemos perdido por culpa del equipo, no mía. Yo solo quiero estar en un equipo ganador y que dé el máximo y este no es el caso. Es un equipo de segunda línea. No hay más”, declaró.
Además, explicó, el ambiente era insostenible. El chico, que tenía un acuerdo que expiraba a finales de 2013, firmó una ampliación de contrato hasta finales de 2014 durante el Gran Premio de Aragón, hace solo unas semanas. Pero, según su padre y representante legal, recibió muchas presiones y fue engañado: “Nos comunicaron solo una de las ofertas y nos dijeron que el resto no eran ofertas en firme, que no había nada escrito”, explica el padre de Viñales, Ángel.
Los dos principales equipos de Moto3, el KTM Red Bull de Aki Ajo y el Aspar Team, quisieron ficharle para el próximo año, como ya lo intentaron también el curso pasado, pero tanto uno como otro tuvieron en todo momento la sensación de que no había mucho que rascar.
Lo hizo en Japón, hace solo unos días. Aquello pudo haber sido el detonante de la ruptura. Un problema, el de Viñales con sus representantes, al que aludió Aleix Espargaró a través de Twitter: “Yo había tenido el mismo mánager que Maverick y me pasó lo mismo. Ha terminado mal conmigo, Elías, Nieto, Simón, mi hermano Pol...”, tuiteó el piloto de MotoGP.