Los Heat de Lebron James, nuevos campeones de la NBA
El arrollador triunfo, cuarto consecutivo de la serie al mejor de siete, dejó a los Heat como nuevos campeones de la NBA y a James con su primer título, además de Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales, que comenzaron perdiendo en el primer partido y luego fueron de menos a más para arrollar a los Thunder.
Lebron James ya es campeón de la NBA y se quita un lastre que amenazaba con convertirle en un jugador maldito. El triunfo de los Miami Heat viene a consolidar el proyecto iniciado con la contratación de Bosh y James en la temporada pasada. Sin embargo, harían bien los imitadores del modelo en analizar minuciosamente esta Final para reconocer la importancia de buenos complementos que, a la postre, han sido decisivos.
La Serie entre Oklahoma y Miami deja héroes, víctimas y personajes que mantienen su estatus, veamos algunos casos.
- Lebron James: La sensación que ha dejado es la de un jugador dominante que ha sabido interpretar qué pedía cada momento de él. La mayor evolución de su juego viene por cómo utiliza el poste medio como opción para anotar y para generar. En su haber también hay que señalar que su esfuerzo ofensivo viene condicionado por el desgaste que supone defender a Kevin Durant. Su confianza en sus compañeros no se ha quedado en mera palabrería, ha sabido darles tiros abiertos que Chalmers, Battier o Miller han sabido aprovechar. Un jugador descomunal también en la madurez que ha tenido para vivir cada momento de la final.
- Erik Spoelstra: El entrenador de Miami ha tenido dos virtudes capitales. La primera, humildad suficiente para reconocer su error el el primer partido de la Serie dónde su planteamiento defensivo confundió más a sus jugadores que a los rivales. La segunda, saber utilizar brillantemente todas las cualidades de su equipo, cuando detectó que Oklahoma intentaba cambiar el rumbo de la serie doblando marcajes sobre Lebron, supo rodearle de brillantes tiradores que hicieran el campo demasiado grande para los Thunder.
- Shane Battier: Uno de los NOMBRES de esta Final. Excelente en defensa y muy acertado en el lanzamiento exterior. Un personaje que simboliza muchos de los valores en los que debe seguir asentándose este juego en cuánto a actitud y comportamiento dentro de una cancha y que genera unanimidad en la gratitud que provoca verle destacando en un partido. Battier es el exponente de la intendencia de Miami que ha resultado decisiva para conseguir este campeonato.
- Kevin Durant. La estrella de Oklahoma ha certificado su condición de mejor anotador de esta competición. Sus recursos ofensivos parecen indefendibles apoyados en sus enormes brazos. Su evolución debe venir por una mayor capacidad para dominar desde otras facetas, especialmente en defensa dónde aún no es capaz de optimizar sus condiciones físicas y carece de la mentalidad adecuada. No creo que la Final le haya llegado pronto, nunca ha parecido verse superado por el acontecimiento, simplemente ésta era la hora de Lebron James.
- Westbrook: Hacía tiempo que un jugador no me generaba tantas sensaciones contradictorias. Sus condiciones están fuera de toda duda, es un escolta obligado a jugar de base con capacidad para anotar cada vez que recibe el balón. Sin duda, un jugador de primer nivel. La pregunta es si es el mejor base para acompañar a Durant y si la química de la pareja se mantendrá mucho tiempo, tengo muchísimas dudas en estas dos cuestiones.
- Ibaka. Nuestro Serge Ibaka sí que ha dado la sensación de llegar demasiado pronto a esta final. Se ha mostrado algo nervioso y poco convencido en todo lo que hacía, aunque es cierto que tampoco ha gozado de un rol estable que le permitiera saber a qué atenerse. La NBA es muy dada a la especialización e Ibaka debe preocuparse de seguir progresando y evitar que se le considere como un jugador eminentemente defensivo.
- El juego: La Serie Final ha consolidado tendencias. Los jugadores grandes tienden a ser infrautilizados y los que juegan se van alejando del aro, Chris Bosh, por ejemplo, apenas ha jugado en el poste medio y cuesta recordar un movimiento decente de algún jugador en este tipo de situaciones. El base clásico tiende a difuminarse alternándose varios jugadores en la función de pasar de pista driblando (porque lo que hacen no se puede llamar dirigir) y son más útiles los jugadores que hacen una sóla cosa muy bien que los que realizan varias cosas decentemente.